El nombre LE MUY nace en 1999 como empresa de diseño de interiores que fundamos viviendo en Estados Unidos. Desde los once añitos fui testigo del cariño y esfuerzo que invirtieron mis padres en consolidar su éxito. El nombre fue cosa de mi madre, inspirada por Garcilaso de la Vega, militar español y poeta del Siglo de Oro. De la Vega fue herido de muerte en Francia en la toma del castillo de Le Muy.

Derramé desde aquí
mis lágrimas no hablando;
porque quien muere callando
tiene quien hable por sí.

IDEAR
La búsqueda del sentido en el arte de reinventar.
De niña solía leer los versos de Garcilaso de la Vega pero no fue hasta mucho después que cobraron sentido. Y con los años, Le Muy, el sueño de mi madre, se convirtió en el mío.
REINVENTAR

El éxito es fruto labrado del fracaso.
Todo empieza con una idea. Para nosotras fue la reinvención de un sueño. A pesar de las circunstancias, siempre supe que Le Muy tenía alma.
Nuestra predilección por la moda (y sensibilidad por los bolsos) nos condujo a reinventar lo que Le Muy se dedicaría a diseñar.
Orgullosas de formar parte de la moda emergente con sello español, Le Muy renace como firma de bolsos cuyos diseños destacan por su singularidad sin relegar a un segundo plano su funcionalidad.
Le Muy aspira a ofrecer pasión en la creación, precisión en la confección y calidad en la materia prima – porque la aspiración subsecuente a la creación es la admiración y Le Muy quiere ser admirada, si por algo, por tener identidad propia. Queremos compartir nuestra pequeña filosofía de marca y que hable de muchas mujeres. Le Muy es más que una actividad sujeta a un tiempo, más que un nombre o un logotipo, Le Muy es nuestro viaje por la vida.
Que os guste.